¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Esta lectura hace pensar que sólo con Dios es posible. Sólo estando con Él el trabajo y el descanso tienen sentido.
A veces nos creemos los guionistas de nuestra vida, los dueños de nuestro destino.
Sin embargo, mientras nos esforcemos en hacer las cosas únicamente bajo nuestros criterios o trabajemos apoyándonos exclusivamente en nuestras propias fuerzas, no hay garantía de que merezca la pena el esfuerzo, ni siquiera de que salgan bien. Ya nos lo dice el salmo 127: “Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los albañiles”.
Tengamos esta semana la experiencia de vivir como María, poniéndonos a los pies del Señor. Él nos dará la serenidad y el descanso necesarios para vivir cada circunstancia, cada experiencia de la vida cotidiana con la mirada puesta en lo importante.
Tengamos esta semana también el coraje de elegir la mejor parte y acoger, como Marta y María, al Señor en nuestra casa, en lo cotidiano de nuestra vida.