¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, cinco hijos, trabajan ambos, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Cuando nuestros hijos se ponen auriculares para escuchar música, se meten en su mundo y es difícil sacarlos de ahí para una conversación o un recado. O incluso cuando los llamamos para comer, les cuesta salir de su sordera, de su espacio propio.
Si estamos con gafas de sol, algunas veces, en vez de evitar el deslumbre, estas nos separan de la otra persona que quiere ponerse en contacto con nuestra mirada. Y otras veces, ni si quiera nos damos cuenta de quién está alrededor.
Si queremos seguir a Jesús, si queremos imitarle debemos pedirle tener los oídos entrenados para la escucha y unos ojos que miren y sepan ver mas allá.
Que en esta última semana de octubre misionero seamos capaces de gritar y también de escuchar los gritos del hermano, de pedir luz y de ser luz para otros. De quitarnos los auriculares y las gafas de sol.
ÚLTIMO PASO: ACTIO
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