TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Te alabamos, Padre bueno: creaste cielos y tierra, creaste los vivientes de toda clase, nos creaste a los

seres humanos… Misterio y presencia de cuidado y amor para nuestra plenitud.

Te alabamos, Padre bueno: desde Abraham se manifestó la Alianza eterna con todos los seres humanos,

sedientos de vida y de amor inacabable…

Te alabamos, Padre bueno: has hablado a la humanidad a través de radiantes profetas inspirados por el

poder y la energía santa de tu presencia fascinante…

Te alabamos, Padre: todo lo preparaste para comunicarnos la Palabra definitiva a través de Jesucristo.

Palabra que nos da el alimento que necesitamos y que nos lanza a compartir,

Palabra que nos da la compañía que necesitamos y que nos catapulta a sembrar.

Palabra que nos da el nacimiento a la nueva vida que todos necesitamos y que es un fascinante camino

de crecimiento humano.

Palabra que nos llama a tu servicio, servicio que es el cuidado de la vida, de toda vida… y especialmente

de los más necesitados y vulnerables.

Palabra que nos capacita para mirar la realidad con esa misericordia que transforma…

Palabra que nos enraíza en lo que no falla, en lo que no desaparece, en lo que es esencial: amar y ser

amados… porque nos hiciste por amor y toda creación anhela, inquieta, descansar en Ti, que eres paz,

que eres ternura, que eres vinculación, que eres enamoramiento.

Palabra que nos convoca a la comunión, comunión que es el acceso a tu voluntad para todos los seres

humanos, sean como sean, vengan de donde vengan, te recen como te recen… busquen lo que busquen

sus corazones, a veces tan desgarrados.

Palabra que nos llena de Espíritu…

de audacia,

de esperanza.

Te alabamos, Padre,

océano de santidad que te revelas en lo mejor del corazón humano…

corazón que se alimenta de la presencia de Cristo,

constante,

en la comunidad…

Te alabamos, Padre,

inmensidad de comunión que te revelas en cualquier gesto de fraternidad en la vida cotidiana…

vida cotidiana que se recoge en la sencillez y en la intensidad de pan y el vino

fruto de tanto y tanto trabajo de las mujeres y de los hombres que se ganan la vida y la de los suyos…

Te alabamos, Padre,

incansable presencia de santidad…

santidad de Cristo… que nos habilita a ser testigos de tu Reino de vida…

santidad de Cristo… que nos empasta con lo mejor de las capacidades humanas de todas las culturas…

santidad de Cristo… que constantemente nos saca de nuestras jaulas y nos dice una y otra vez, una y otra

vez: Id y dadles vosotros de comer.

Santidad de Cristo,

Misterio de Cristo,

Presencia de Cristo.

Amén.

Amén.

Amén.


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