TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Señor Jesús, maestro en superar las pruebas,

las tentaciones,

las limitaciones humanas,

demasiadas humanas…

me desbordan… 

Me siento ajeno a tanto y tanto sufrimiento que hay en el mundo y cerca de mi…

No soy capaz de bendecir por tanto y tanto bueno que hay a mi alrededor…

Me da mucho miedo hablar del evangelio de un modo profético a los que hablan conmigo…

No me veo capaz de mejorar ni en conductas ni en obras…

No te busco en el silencio de mi interior ni en lo que ocurre en mi transcurrir diario…

Vivo momentos de frustración cercana a la ira cuando no me salgo con la mía de inmediato…

Tengo momentos de soberbia cuando parece que alguien se pone en mi camino, estorbándome…

Hay veces que la envidia me corroe, amarilleándome la mirada y el ánimo…

Muchas veces me indigno por caprichos, por banalidades, por mezquindades que siembro y siembro…

Hay días que la amargura es mi compañera de respiración, de resuello, de aspereza…

Tantas y tantas veces juzgo con resentimiento al que es, simplemente, de un vivir diferente al mío…

No profundizo en mis pensamientos y me dejo llevar por la falsa seguridad de quien se cree más listo que la vida… 

No refino mis deseos, a los que identifico con lo que me conviene o con lo que realmente me tiene que pasar para ser yo y mantenerme en mi identidad…

Tanto y tanto Señor… 

… tanto del tener, del mandar, del aparentar

en todas sus variantes,

en tantas ramificaciones,

en tantas facetas

de las que huyo,

encerrándome en mis vulgares intereses muy a corto plazo… 

Señor Jesús, maestro en superar las pruebas,

las tentaciones,

las limitaciones humanas,

demasiadas humanas…

me desbordan…

Y he escrito esta oración ante Ti,

esperando, simplemente

tu mirada,

como hiciste con la adúltera.


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