¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA FAMILIA (Exhortacion posinodal “Amoris Laetitia”)
(mujer, casada, 3 hijos, pertenece a comunidad y movimiento seglar)
“Haremos morada en él”: qué preciosa frase para expresar qué Dios vive en nosotros, que nuestro corazón es su casa, que somos su hogar, si guardamos su palabra.
Esto que todos podemos hacer individualmente, se convierte en un reto precioso al hacerlo en familia. Hacer de nuestra casa el hogar de Dios es un trabajo diario que no siempre es fácil, porque amar cuesta, amar exige entregarse como Jesús, totalmente, y muchas veces no estamos dispuestos.
Que nuestro hogar sea morada Dios, aún en las dificultades, porque su palabra esté siempre presente en nuestra vida.
DESDE LA PAZ
(Mujer, soltera, pertenece a comunidad cristiana y movimiento laical)
El texto del evangelio de Juan me lleva a pensar en la fidelidad como elemento importante para la construcción de la paz. Jesús dice a sus discípulos: Quien me ame cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él.
La fidelidad debe ser recíproca entre nosotros, como lo fue entre Jesús, su Padre y los discípulos. De esta manera se convierte en un vínculo fuerte de unión comunitaria que nos ayuda a afrontar y superar los conflictos y dificultades que a diario se nos presentan.
Comparto una experiencia de vida en mi acompañamiento como misionera seglar a las comunidades afrodescendientes del Medio Atrato, Chocó, Colombia, en la que los delegados fueron fieles a los principios organizativos. Sucedió que a finales de los noventa, se programó una Asamblea General del Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato –COCOMACIA- en la comunidad de Puerto Conto en el río Atrato. Una semana antes del evento los paramilitares se tomaron la comunidad, a fin de frenar y romper el proceso organizativo.
Los equipos misioneros de la Diócesis de Quibdó junto con los dirigentes, lideres y lideresas de Cocomacia, decidimos realizar la asamblea, planteando primero a los actores armados que salieran de la comunidad porque, tanto Cocomacia como la Diócesis no realizaban eventos donde hubiera presencia de actores armados, debido a que las comunidades atrateñas son muy pacíficas y se sienten incómodas y estresadas cuando se encuentran en medio de ellos. Respondieron que demorarían un tiempo para tomar la decisión. La respuesta de los delegados fue que hasta que no salieran de la comunidad no se daba inicio a la asamblea. A los 10 minutos de haber tenido este diálogo llegaron unas pangas (embarcaciones rápidas) y recogieron a todos los miembros de ese grupo armado. La alegría y felicidad brilló en los ojos de todos los participantes por lo que se había logrado y se pudo realizar la asamblea. siendo fieles al principio comunitario de no aceptar gente armada en su territorio. La comunidad sintió la presencia del Espíritu Santo enviado por el Padre, que iluminó sus mentes y les dio valor para superar la zozobra y el miedo, saliendo victoriosos de esta difícil situación, siendo fieles al principio comunitario de no aceptar gente armada en su territorio.