SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LOS INMIGRANTES Y REFUGIADOS
(hombre, casado, cuatro hijos, trabaja, voluntario en campo de trabajo con refugiados, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)  

Cuantas veces se ha hecho presente Dios entre nosotros este verano, exigiéndonos vender hasta lo último de nuestro ser, incluso nuestra “alma al diablo” si esto fuera necesario… Con cuanto cariño nos ha dirigido una mirada reclamándonos atención, pidiéndonos minutos solidarios… Cuantas veces en nuestra vida, hemos tenido la oportunidad de mirar a Dios y sentir satisfacción por creernos cumplidores de su doctrina en “sensu stricto”. Pero todo cambia cuando un día, de sopetón y sin previo aviso, se planta delante nuestra, cara a cara, con las manos abiertas y el corazón suplicante, transmitiéndonos la esencia de su mensaje “amaos unos a otros como yo os he amado”. Esto lo cambia todo y lo engloba todo.
Este año, hemos disfrutado la bendición de podernos encontrar con El y vender algo de nosotros mismos para comprar vida eterna, de tener la posibilidad de gozar en el mañana de un sitio en su redil. Se nos ha dado la oportunidad de no solo pasar un camello por el ojo de una aguja, sino de pasar un regimiento de elefantes.
Para Dios nada es imposible, este verano solo nos ha pedido que hagamos lo posible por entregar parte de nosotros a los que no tienen, de equilibrar esa balanza injusta entre unos y otros, de estar sensibles por lo que el mundo se insensibiliza, de mirar con corazón de madre a quien es invisible en nuestros días, a levantar la cabeza y dar testimonio con alegría de que hay una forma de hacer más solidario este camino, y de que no se trata de excluir, sino de descubrir la inmensa satisfacción que te produce usar tu hombro para que otro se enderece. No nos pide un imposible, para esto, ya estará El pendiente de enhebrar el arca de Noé si hiciera falta.

DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

(mujer, casada, dos hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)  

Es duro escuchar a veces esta lectura, por lo clara y contundente que es. Y por mucho que intentemos justificar nuestros comportamientos, Jesús es claro: no sólo basta con ser buenos, hay que seguirle con todas las consecuencias. Especialmente lo que a mí me duele es la última parte. Durante toda mi vida, dada mi vocación de seglar, en una familia, mi misión principal en la vida es ser levadura dentro del mundo, dentro de la familia, en mi trabajo, en la política, en la sociedad en general. Y mi familia. Especialmente en algunos momentos, mi principal ocupación y preocupación es mi familia, mis hijos, mi marido, los abuelos, ellos ocupan gran parte de mi vida, a todos amas, cuidas, enseñas, aprendes, dudas, sufres, y ellos te hablan y te acercan a Dios. Pero he aquí, que Jesús te pide que abandones casa, hermanos, padres, porque recibirás más.
¿Entonces? Es el eterno dilema, las noches sin dormir porque tus hijos están enfermos, cuidar de tus mayores porque se les pierda la cabeza o cualquier otra enfermedad, o estar haciendo los deberes con tus hijos, o acompañarles en sus frustraciones, o cuidar la fidelidad de tu esposo, ¿es incompatible con vivir el Evangelio a tope? Yo no he dejado todo atrás, es para mí un acto de responsabilidad no dejarles atrás, porque precisamente siento y he discernido que es Dios mismo quien me llama a estar a junto a ellos. Lo que más me importa es estar siempre alerta, que su Palabra no me deje indiferente, que me mueva y me cuestione y me haga cambiar y vivir buscando siempre hacer su voluntad.


Publicado

en

por

Etiquetas: