SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA FAMILIA
(matrimonio, trabajan ambos, cuatro hijas, viven su fe en la comunidad parroquial)  

El Espíritu de las niñas es puro y sin maldad. Ellas, sobre todo las dos pequeñas, juegan, pelean, ríen y lloran desinhibidamente, con libertad. Actúan conforme su espíritu les indica sin buscar objetivos escondidos. Es envidiable esa libertad con la que se comportan y expresan sus sentimientos y emociones. Si quieren algo lo cogen sin permiso, lo que sienten lo expresan sin temor. Cantan, bailan, ríen y lloran como si nadie las estuviera observando. Si rechazan algo lo expresan de manera clara, sin lugar a confusión.
Conforme nos hacemos mayores vamos deformando ese espíritu inmaculado con el que somos creados. Las realidades que vivimos en el día a día enturbian nuestro espíritu alejándolo de aquel con el que fuimos creados. Poder convivir y disfrutar con las niñas en casa es nuestra mejor terapia para tratar de recuperar ese Espíritu original e inocente contra el que cualquier blasfemia no puede ser perdonada jamás.

DESDE LA LLAMADA A LA SANTIDAD

(mujer, casada, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)  

Jesús, en este evangelio, vuelve a estar rodeado de mucha gente que al parecer no le dejan ni comer. Es obvio  que es la revolución del momento, causa verdadero impacto todo lo que hace y dice, tanto que,  hasta sus familiares quieren sacarlo de la escena con argumentos no muy benevolentes “no está en sus cabales”.
Estos detalles que expresa el evangelio me hace caer en la cuenta que Jesús debe estar haciendo cosas no muy aceptadas socialmente,  mas bien, va por ahí  “dando la nota”.
En concreto la escena de hoy, nos cuenta que Jesús ha estado expulsando demonios, y por eso además es criticado. Los escribas y entendidos no soportan esta superioridad y fama de Jesús y por sus envidias quieren teñir toda su imagen de oscuridad, afirmando que el propio Jesús es un aliado del Mal.
Para nuestras aspiraciones y anhelo de santidad puede dejar un par de cuestiones claras, una que el Mal existe y he de combatirlo.Y la segunda que cuando lo haga en algunas ocasiones daré la nota y puede que me critiquen por ello, hasta mis mas cercanos.
Me viene a la cabeza la cita de San Pablo, que nos habla de  librar cada dia “el buen combate de la fe”, esas pequeñas y grandes batallas diarias en la que entro en pugna con  mis demonios que me tientan tan a menudo: la pereza, el mal humor, la envidia, mi afan de protagonismo, mis exigencias a los demás, mi orgullo e imagen por encima de todo. Y ahí ando, unas veces ganando y otras tantas  perdiendo .
Pero que importante es recordar, porque me llena de esperanza,  que a pesar de de ello, somos “hijos de la Luz” y que podemos revestirnos de la armas que nos ofrece DIos para resistir estos momento adversos y superar estas dificultades propias de cada cual. Con la oracion y contacto diario con la Palabra,  el rosario, la eucaristía, podemos librar la batalla y salir vencedores,  expulsando, como hizo Jesús , nuestro demonios y después los ajenos.  Ciñendome con las armas de la luz caminare por la senda de la santidad, que no es otra cosa que combatir las estructuras, las lógicas y consecuencias del Mal que van albergándose casi sin darme cuenta en mi cabeza,  en mi corazón y  en las  realidades temporales que nos rodean.
Y como siempre, cuento con un par de ases en la manga, el Espíritu Santo y la Gracia de Dios siempre vienen en apoyo de mi debilidad pues ahí se manifiesta su poder.

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