Los seglares que comentan el Evangelio cada domingo, se toman un descanso.
En septiembre se reanuda el servicio habitual.
En AGOSTO ofrecemos cada semana un comentario realizado
mientras se disfruta de las vacaciones y en referencia a ellas.
Domingo 14 de Agosto de 2022
20º domingo de tiempo ordinario
Lectura del santo evangelio según Lucas 12, 49-53
No he venido a traer paz, sino división
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.”
DESDE LA PLAYA
(Hombre, casado, con tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)
El descanso que supone el verano, para muchos de nosotros es más mental que físico, cuando logro desconectar, verdaderamente se produce ese sosiego necesario para recolocarme, resituarme. Saboreando esta paz necesaria, me adentro hoy en la lectura del evangelio del Domingo, que viene de nuevo a zarandear, siempre con cariño, nuestras vidas. Jesús es claro, el que quiera seguirle, tiene que ponerlo en práctica. Me pregunto si mi vida se queda en un mar de simples palabras o buenas intenciones o realmente cuestiona, siembras interrogantes en los demás, pone en contradicción actitudes. ¿Es mi descanso también motivo de división o simplemente me sumo a la normalidad de lo impuesto? Cada vez más noto que mis palabras se las lleva el viento y que en cuanto puedo, mi desconexión se produce de manera completa. También es cierto que el hilo nunca se rompe porque los cimientos se iniciaron desde pequeño, pero no se puede descuidar la fe, ni apartarla en vacaciones. Necesito retomar el silencio de la oración para volver a conectar todo, y que todo aquel que me encuentre sienta o por lo menos, note algo de aquel fuego que “arrasa por donde pasa”. Como decía aquella canción “hay que encender la lámpara, hay que despertar, para que el mundo tenga luz, y todos vivan en paz…”