Domingo 06 de Agosto de 2023
LECTIO DEL DOMINGO XVIII
TIEMPO ORDINARIO – CICLO A
“ABIERTO POR VACACIONES”
Los seglares que comentan el Evangelio cada domingo, se toman un descanso.
En septiembre se reanuda el servicio habitual.
En AGOSTO ofrecemos cada semana algunos comentarios realizados
mientras se disfruta de las vacaciones y en referencia a ellas.
Lectura del santo evangelio según Mateo 17,1-9
Mándame ir hacia ti andando sobre el agua
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!” Pedro le contestó: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.” Él le dijo: “Ven.” Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: “Señor, sálvame.” En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?” En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: “Realmente eres Hijo de Dios.”
DESDE LA PLAYA
(Hombre, casado, tres hijos, trabajan ambos, en vacaciones)
Año tras año, me dispongo a iniciar las vacaciones de verano, tras un mes de julio como siempre complicado y agotador. Recién llegado a la playa, ayer nos recibió una luna casi llena saliendo del mar, como momento impactante de esta naturaleza que Dios ha puesto frente a nuestros ojos. Ahora, frente al mar, me dispongo como cada año, muchos años, a tratar de comunicar lo que la palabra de Dios de este primer Domingo de agosto me provoca. La transfiguración del Señor, la llamada a la montaña, la confirmación de su divinidad, el éxtasis de la contemplación. Momentos que vivieron los discípulos más queridos de Jesus y que me traen a este momento actual.
Nos encontramos con el inicio de la JMJ en Lisboa, son muchos los jóvenes de nuestro país, que llamados por el Papa, acuden sin pensarlo. A muchos de ellos los conozco, y los más cercanos, algunos se han quedado en tierra, provocándome algo de tristeza, aunque como me dijo ayer mi mujer hay que CONFIAR, ya llegará ese momento de llamada, así también lo creo.
Me alegra mucho comprobar cómo, en este momento de nuestra historia, la fe sigue provocando movimientos increíbles, acuden sin dudar a la montaña miles de jóvenes, al encuentro con el Papa, a contemplar y vivir de primera mano la experiencia de Dios. La semilla que se siembre en ellos perdurará de por vida, aún recuerdo en el monte do gozo, en al año 1989 como un joven de 17 años acudía a la llamada del Papa, y aquella fue una experiencia para siempre. Espero y deseo que los jóvenes que acuden a Lisboa vuelvan como los discípulos amados de Jesus, con la firme confianza, clara y valiente, de los cristianos convencidos. Que sean muchos los frutos de esta increíble experiencia…
DESDE LAS VACACIONES
(Matrimonio, tres hijos, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana y movimiento seglar, en vacaciones)
“Hagamos tres tiendas” igual esa es la tentación que corremos los seglares cuando descubrimos como Pedro la divinidad del Señor, dejarnos llevar por lo intenso del momento y quedarnos en la montaña.
Si esto ocurre en la vida normal, de vacaciones puede acentuarse esta sensación de que “aquí estamos bien”, por eso cuando me enfrento a esta lectura siempre termino diciendo que al final Jesús, Dios y todo, tuvo que bajar de la montaña y enfrentarse a su destino. Esto también lo debemos asumir como seglares no sólo (que ya es mucho) quedarnos con la transfiguración del Señor sino también afrontar que esa Divinidad/Fuerza es un motor para cambiar el mundo.
Además, la presencia de Moisés y Elías en la escena nos conecta con la tradición y la historia del pueblo judío, reforzando la importancia que la Iglesia/Comunidad juega en que mi fe se siga alimentando, creciendo y no se apoltrone en la montaña en la que se está muy a gusto.
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