LECTIO DEL DOMINGO I

27 de Noviembre de 2022

TIEMPO DE ADVIENTO – CICLO A

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PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 24,37-44

Estad en vela para estar preparados

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

NOTAS BÍBLICAS   (por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)  A Adviento 1º Mateo 24, 37-44 Estar atentos

Sección paralela a la de Lucas, de hace dos domingos.
El evangelista del ciclo litúrgico A que empezamos es Mateo. El capítulo 24 habla sobre el fin de los tiempos.
En el pasaje de hoy, Jesús insiste en que hemos de vivir atentos a lo que acontece y fiel a él. Ilustra su petición con cuatro ejemplos:
– la gente en tiempos de Noé vivía ocupada en sus cosas (el texto no dice aquí que estuviesen pecando, sino que estaban en las tareas propias de la vida); al no estar atentas les sorprendió el diluvio, y no se salvaron.
– dos mujeres están en su tareas, una pendiente de los acontecimientos y otra no. Se salva la primera.
– dos hombres en su trabajo diario, uno en actitud de vela y el otro no. Se salva el primero.
– un hombre cauto para que no le sorprenda el ladrón.
El Hijo del Hombre volverá sorpresivamente como el diluvio o el ladrón en la noche.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

VIVIR EL ADVIENTO CON NIÑOS

(Matrimonio, 3 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Cada año es más difícil vivir el Adviento sin sentirse atacado por los ritmos que marca nuestra sociedad. Los niños hoy en día conocen mejor los liturgia capitalista del Black Friday que está nueva etapa evangélica.

Sólo pequeños detalles que se cuelan en nuestra cotidianidad son capaces de no desviar la vista y el corazón. Hoy descubrí que mi hijo pequeño traía el calendario de Adviento, como otros años. Un calendario lleno de buenas acciones para vivir cada día de una manera diferente, en camino a un tiempo y una sociedad nuevos.

Cada niño lo vive de una manera diferente, pero cuanto más pequeño, más motivado y claro lo ve. Afrontan el reto con alegría y naturalidad, aunque les cueste. Y por la noche a veces te cuentan su experiencia, como que tenía que hablar con algún niño que viera solo, pero que no le hizo caso cuando se acercó….

Sin embargo para los adultos Jesús nos habla de manera directa esta vez: “estad preparados….” y nos explica las consecuencias: “…porque…”. Jesús nos pide que confiemos en Su Palabra, en Él, y descubramos que este camino de preparación lleva una vida. Que es maravillosa si la vivimos con la inocencia y sencillez de un niño, y que tiene, sabiendo que reconducir la vida siempre es posible. Y tiene su premio cuando hacemos vida en el calendario de Adviento que nos comparte en el Evangelio.

DESDE LAS RESTRICCIONES Y RECORTES EN LA CALIDAD DE VIDA

(Mujer, viuda, con un nieto adolescente a su cargo, pertenece a comunidad cristiana)

Acabamos de proclamar a Jesús como Cristo Rey de nuestra vida.

La vida en este mundo la entiendo en la contribución a mejorar esta sociedad con nuestro testimonio de vida. Como enamorados de Jesús, nuestra forma de vivir tiene que ser la entrega por el otro, que el otro sienta que es querido, cuidado, que es importante. Jesús pasó por este mundo y nos dejó el modelo de entrega por los demás, pasó delatando las injusticias, la pobreza tanto espiritual como material, cambiando en este mundo todo aquello que esclaviza y mata al hombre, lo más amado por Dios.

Este evangelio para mi me habla del cambio en mi persona, volveré a morir a la mujer pasada, y con la llegada del adviento se abre a un nuevo crecimiento y de encuentro con Jesús al que libremente lo elijo como Cristo y Rey de mi vida.

El proceso de la vida es de constante cambio, nunca para; la cuestión es saber dónde te encuentras, y hacia dónde dirigir tus pasos.

Por todo ello te doy las gracias, Señor, y te pido tu Espíritu de entrega, perseverancia, humildad y misericordia para conmigo y de todo mi territorio de almas, que no quede confundida, saber lo que quieres de mí. Hágase.

DESDE LA ESPERANZA

(Mujer, casada, jubilada, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis que día vendrá vuestro Señor.”

Comenzamos el tiempo de Adviento, que significa venida. Es un tiempo de espera y de Esperanza. Un tiempo que Dios nos regala, cada año, para que esperemos con un corazón renovado la llegada de nuestro Salvador.

Todos los años, en mi familia, vivimos con gran alegría este tiempo de preparación a la Navidad. Con nuestros hijos, colocábamos la Corona de Adviento e intensificábamos nuestra oración. Ahora, mi esposo y yo, los dos solos, ya jubilados, seguimos viviendo este tiempo de gracia con gran esperanza. Intentamos orar más, celebrar la Eucaristía, escuchar y reflexionar la Palabra de Dios, renovar nuestro corazón con la reconciliación… También solemos tener un retiro con nuestra comunidad.

Hoy la Palabra de Dios, ilumina nuestra vida con esta frase: “Estad en vela. Estad preparados, porque no sabéis cuándo vendrá vuestro Señor”.

Estar en vela, es vivir en la presencia de Dios, esperar en Él, confiar en Él. En un mundo lleno de dificultades, de noticias que duelen, de tragedias mundiales…, los cristianos tenemos que transmitir esperanza. La esperanza nos permite mirar de frente a la realidad sin desesperar, confiando en un Dios que es capaz de transformarlo todo. Esperar en un Dios hecho Niño que viene a salvarnos.

Dios, llega a nosotros, se hace el encontradizo cualquier día y en cualquier momento, por eso debemos estar en vela para descubrir su presencia. Mi esposo y yo, que ya estamos viviendo las últimas etapas de nuestra vida, ahora que tenemos mucho más tiempo que antes, que ya no tenemos la responsabilidad del trabajo y de los hijos, creemos que es un tiempo privilegiado para dedicarnos más a la oración, a la lectura de la Palabra, a unirnos más y a descubrir la presencia de Dios en nuestra vida. Cada día es un regalo que Dios nos ofrece y la oportunidad de poder compartir nuestra alegría y nuestra esperanza con los demás.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Aunque estemos cansados, distraídos entre pantallas, saturados de objetos inútiles…

¡Ven, Señor Jesús!

Sacude nuestro corazón y nuestra sensibilidad para que saboreemos la belleza de la vida cotidiana de las personas que nos rodean y con las que nos encontramos.

Por ti, Señor Jesús, sabemos que la vida cotidiana no es tan irrelevante, no es tan rutinaria, no es tan banal.

Somos seres humanos llenos de anhelos, complejos, extraños… en estos tiempos extraños que nos toca transcurrir

como podemos…

Señor Jesús, tenemos fe, tenemos esperanza…

¡Ven, Señor Jesús!

Inunda nuestro corazón, de tu verdad, de tu santidad y de tu energía.

¡Ven, Señor Jesús!

Haznos sembradores de la paz que tú nos regalas, la paz de Dios.

¡Ven, Señor Jesús!

Sosiega nuestras relaciones, nuestros deseos, nuestras palabras.

Danos tu paz,

Señor Jesús, la paz de los corazones pacificados por tu presencia, tu santidad, tu amor.

¡Ven Señor Jesús!

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Hombre casado, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Muchos son los diluvios y tempestades que afrontamos en el día a día, y seguro en esos momentos, es cuando más cerca queremos estar de Dios, cuando más profunda es nuestra oración, cuando más necesitamos de su presencia….

Sin embargo, cuando todo me va bien, ¿estoy igual de cerca de Dios? ¿La presencia de Dios en mi vida es constante o es como “un supermercado” al que acudo cuando me hace falta algo?

Cuatro aspectos son los que me hacen estar en la cercanía de Dios, aunque no siempre los lleve al día en tiempos de calma:

– Oración: Diaria, cercana y tranquila, buscar un momento de silencio y paz para hablar y estar con él.

– Comunidad: El sentimiento de pertenencia y la fe compartida como estímulo para seguir construyendo Reino de Dios.

– Sacramentos: El encuentro con Dios y los hermanos nos ayuda a “cargar pilas” y poder afrontar las tempestades de la semana con espíritu renovado.

– Encuentro con los hermanos: No vale ser cristianos “estufa” que nos desvivimos solo con “los nuestros”, hay que salir de la zona de confort y sembrar evangelio en cada persona que nos cruzamos.

Intentar que este tiempo de Adviento que comienza, no sea tiempo de espera, sea tiempo de esperanza. Que seamos nosotros los que renazcamos, y que en esta primera semana podamos ser refugio para los diluvios de los que se acerquen a nosotros.


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