ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Lo que has acumulado ¿de quién será?

El Señor nos invita en esta lectura y en tantas otras a tener una vida plena.

Tener una vida plena podría consistir en que si al llegar al final de tus días aquí en la tierra alguien te preguntara si has amado lo suficiente, si has compartido lo bastante y si has acumulado poco, tuvieras la dicha de poder responder que sí.

No se trata de vivir bien, ni siquiera de que lo primordial consiste en ser feliz, sino de que tu vida tenga sentido para Dios y para los demás.

Si disfrutas de vacaciones e incluso viajas dentro de poco posiblemente tendrás presente que en los viajes haz de ir con poco equipaje y más aún si vas a reencontrarte con tus seres queridos como familiares o amigos y les llevas algún detalle en la maleta. Estarás en disposición de cargar aún menos pertenencias en tu viaje para que te quepa ese detalle. Y el tiempo, ese bien tan escaso, lo compartirás con las personas las que vas a ver para celebrar la alegría del reencuentro.

Este símil del viaje de tu vida con el viaje del verano, salgas o no de vacaciones, puede servir para recordarnos que lo importante no es lo que llevemos a cuestas sino lo que demos (o nos demos) a quienes recorran el camino a nuestro lado y lo que compartamos con ellos.

Esta actitud requiere práctica. Supone la necesidad de estar despiertos a las llamadas y de saber darles respuestas. ¿Como vas a entrenarte este verano? ¿Con qué acciones concretas?

“Al final del camino me dirán: ¿has vivido? ¿has amado? y yo sin decir nada abriré el corazón lleno de nombres” (Pedro Casaldáliga).


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