ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Resuena este texto evangélico de una forma especial en este periodo de Pascua que estamos celebrando ahora. Darnos la vida eterna, gracias a que Él dió la vida por cada uno de nosotros…Recuerdo en la Vigilia Pascual, en el recorrido de los textos bíblicos que se leían, cómo Dios se hacía presente en la historia del pueblo elegido, a pesar de sus traiciones, de sus pecados. Dios actúa como un pastor que conoce y ama a sus ovejas, es decir, a su pueblo cansado y a veces desorientado. No es un extraño que ignora las necesidades del rebaño, ni un ladrón que viene a robar. Su infinita paciencia y misericordia nos llena de esperanza y sobre todo nos hace confiar en que nada quiere malo para nosotros, es más, nos llama y conduce hacia una vida plena. Tratemos de experimentar esta presencia silenciosa pero poderosa en nuestra vida escuchándolo a Él a través de una oración profunda. Seguro que eso nos llamará a hacer nosotros lo mismo con los demás, a cuidar y a acoger a los que tenemos a nuestro lado, a interesarnos por su salud, por sus cosas, por su camino de fe, a aconsejarlos si hiciera falta, incluso a corregirlos desde el amor fraterno si se desviaran del camino. Tenemos la obligación moral de ser servidores-pastores en nuestras familias, en las pequeñas comunidades que van creciendo a nuestro alrededor, en las personas que se acercan…no por una obligación pura y dura, sino por una respuesta amorosa que surge del sentimiento de cuidado y amor con que nos trata el Padre. Demos un salto de calidad en las relaciones con los demás, acojamos en nosotros este cuidado de madre por ellos.


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