TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Señor Jesús, 

fascinante luz de luz,

misterio que nos sobrepasa,

misterio que nos acoge,

misterio que nos enamora…

aún vemos como en una niebla,

… niebla que revela pero que también vela… 

Los que tenemos fe en ti

vivimos muchas veces

sobrecogidos,

entusiasmados,

llegando al límite

de lo que podemos

decir,

sentir,

desear…

ante tu presencia.

Alimenta mi deseo de santidad… 

aún no soy capaz de entender todo lo que eso implica.

Ayúdame en mi deseo de comprender lo que supones en mi vida… 

aún me da miedo no poder controlar lo que pasa.

Sorpréndeme en el silencio de mi corazón…

en medio de tanto y tanto ruido que nos tensa y nos descentra.

Taladra mis seguridades…

mis ideas, 

mis verdades… 

demasiado rígidas, 

demasiado vanidosas, 

demasiado egocéntricas

que me impiden hacerme cargo

de la transformación a la que estoy llamado,

… seguridades, ideas, verdades,

… idolillos, fetiches, chiringuitos marca de la casa

que me generan una sensación de bienestar espiritual y moral…

que me defienden de mis propias autojustificaciones

de mis propios autoengaños

de mis necias trampas

frente a ti…

… frente a ti,

que conoces tan bien el corazón de los hombres y de las mujeres.

Señor Jesús, 

luz de luz,

misterio último de la realidad,

misterio de santidad por los siglos de los siglos…

Nadie queda excluido de tu llamada…

hazme tu mensajero.

Todos podemos subir a la montaña

para impregnarnos de la revelación…

hazme acompañante de los peregrinos.

Siempre invitas a colaborar en la salvación que ofreces…

hazme irradiar esta vida nueva allá por donde pase.

Señor Jesús, 

luz de luz,

despiértame,

desinstálame…

monto castillos en el aire,

tengo argumentos que parecen jeroglíficos,

consumo quincallería religiosa llena de incienso…

… se diría que te uso como coartada a mis destellos narcisistas… 

Señor Jesús, 

reiníciame,

conviérteme,

renuévame

para que mi vida hable por sí misma

de tu vida nueva

fascinante

a la que todos estamos llamados

… con la que esperamos encontrarnos

en ese día que termine nuestro 

ir dando tumbos por la vida.

Vida que asumiste,

que redimiste,

que glorificaste.


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