¿A qué nos lleva el texto?
(hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Antes de hacer el comentario, trato de hacer un poco de oración y meditación de la Palabra, para no soltar simplemente lo que se me ocurra. Este pasaje da para mucho haciendo el método de oración llamado Lectio Divina, sobre todo analizando cada personaje, cada acción, las contestaciones, el contexto. Luego, poniéndose uno en el lugar de los personajes a los que les habla el Señor. Me interpela mucho para mi vida en diversos aspectos:
1.- Hacer caso de los mandatos del Señor: Simón Pedro, tras escucharlo desde la orilla, descubre que sus palabras tienen un valor importante, por eso lo llama Maestro y le dice que, por sus Palabras, va a echar de nuevo la redes. Cuando oramos y discernimos llegando a tener clara su voluntad, ya sabemos que hay que darle un voto de confianza.
2.- Remar mar a dentro: esto significa para mí, lanzarme al vacío, no confiar en nuestras seguridades terrenales sino poner ciegamente nuestra confianza en el Señor y tirar para adelante.
3.- No dejar de asombrarme y contemplar la grandeza de Dios: cuando descubrimos su mano misericordiosa, cuando sentimos su infinito Amor, arrodillémonos, hagamos oración, agradezcamos desde el corazón esa presencia que nos envuelve y nos llena de felicidad verdadera…Es entonces cuando nuestras miserias se verán más patentes, pero no importa, pidamos perdón con humildad, arrepintiéndonos y poniendo eso en sus manos que nos acarician con ternura.
4.- Sentir su llamada: Jesús no para de llamarnos, quiere que seamos felices. ¿Cómo?: pues Él nos señala un patrón a seguir muy concreto, ser pescadores de hombres, esto es, intentar hacer el bien al prójimo en todo momento, de la manera que veíamos en el evangelio de estos domingos pasados, devolviendo así la dignidad a los pobres y oprimidos buscando la justicia, la misericordia, su sustento o la posibilidad de ganarse la vida para salir de su pobreza, buscando la libertad a los que se sienten presos de sus miedos y ataduras, haciéndoles tener esperanza en que todo tiene un sentido, que podemos disfrutar ya aquí en la tierra de un anticipo de los bienes del Reino, la alegría, el gozo de tener a Dios cerca…
5.- Dejarlo todo y seguirlo: ¡Cuantas veces nos enredamos en nuestras cosas del día a día, problemas que nublan nuestra vista, nos provocan desazón…! Tenemos que hacer el ejercicio de ponerlo todo en sus manos, escoger lo que es más oportuno, necesario y eficaz, hacerlo todo por amor a Él y veremos cómo cambia todo de color y sentido.