ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, dos hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

En el Evangelio de hoy, Jesús está preocupado por la gente, se conmueve y se compadece de ellos. Para actuar desde el Evangelio de esta semana, proponemos centrarnos en dos palabras.

* Compartir. En el momento actual hay gente que sigue muriendo de hambre. Y para poder solucionar este problema Jesús nos ofrece una clave esencial, “dadle vosotros de comer”. Mientras uno de sus discípulos quiere intentar solventar la solución comprando con los denarios que tiene y se excusa por no tener suficiente, el otro ya vislumbra lo que Jesús quiere decir y comenta que un muchacho tiene cinco panes y un par de peces (aunque no son suficientes para todos). La clave está en compartir. Eso supone salir del sistema explotador que lleva a la injusticia. Compartir no es dar lo que nos sobra, ni una limosna. Es repartir lo que tenemos y contentarnos con menos. Procuremos salir de la rueda de los gastos superfluos, de las necesidades creadas, de los lujos, de las comodidades…Tendremos más para repartir. Hagamos nuestros proyecto de ayuda a los demás, tengámoslos presentes en nuestros gastos mensuales (gastos del colegio, impuestos, cesta de la compra…). Eso será compartir. A partir de lo poco (panes y peces) ofrecido de corazón y compartido, el Padre sacia la necesidad en abundancia. Nuestros bienes son regalo de Dios, don de Dios y debemos ponerlos al servicio de los demás sin acaparar.

* Reutilizar. Estamos en la “cultura del tirar”: lo que no quiero, lo que no me gusta, lo que no me viene bien, lo que no me apetece…Vivimos de manera caprichosa y poco responsable. Jesús les pide a los discípulos que no tiren nada, que lo recojan en cestas. Seamos capaces nosotros de reutilizar ropa, muebles, comida…, no solo de dar lo nuestro para que otros lo usen. Integremos el concepto reutilizar en nuestra vida para ser menos consumistas y llegar a un consumo más responsable con la sociedad y el medioambiente.

Y procuremos en este tiempo de verano no dejar de “subir hasta la montaña”, como Jesús. A ese lugar de encuentro con Dios, a ese lugar de relación más íntima y profunda con el Padre.


Publicado

en

por

Etiquetas: